LA APACHITA
El Águila blanca escondió el pico entre su ala,
huyendo del frío de vivir en un mundo lleno de gente sin gente,
cubriendo sus ojos quizá ya no vea lo que ve desde el cielo,
bajo el ala izquierda puede sentir una cicatriz con olor a plomo,
nada ha cambiado, los hombres disparan a todo lo que vuela.
Desde arriba ve cada día más cuerpos humanos esparcidos,
jura que jamás comió de esa carroña, prefiere una rata de campo,
desde que curó su herida optó por volar más alto, sobre las nubes,
siempre retorna al único ser que lo espera inmóvil, la montaña,
antes era impoluta, ahora es una letrina, llena de basura y excremento.
El rey de los aires ¿adónde huirá de la frivolidad que invade todo?,
las noches no prometen más lunas claras y universos estrellados,
la polución vicia la atmósfera y contamina hasta los sueños del ave,
los dioses escuchan sus ruegos: "Mis alas se han tornado grises,
mis ojos, que lo veían todo, sólo ven ciudades cada día más enfermas"
Apu Taita!!
Iré a la Apachita a elevar mis pensamientos,
allí encontraré sosiego y paz.
Yo sé el motivo de mi existencia,
rogaré allí por todos los hombres.
Pero Tú, Apu Kontiki Wiracocha,
¿Dejarás que disfrute la aventura de seguir volando?
©Lucio R. Ramírez
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