domingo, 22 de mayo de 2016

TIEMPO DE NUESTRO VIVIR: Cecilia Silva Reyes ( Cesire Alegría ), Veracruz, México

TIEMPO DE NUESTRO VIVIR


El tiempo de mi espera
terminó por sucumbir,
el silencio hizo presencia
y todo llegó a su fin.
Las palabras en mi voz
tan sólo callaban y aquel
lamento en mi pecho se
quedaba.
Ocultaba las heridas que
prendían en ardor el alma
mía, el tiempo se me hizo
eterno en este día.
¿ Era acaso el ocaso de mi
vida ? ¿ Es acaso que ya no
hay nada que decir ?
Hoy me abrazo a los recuerdos,
a esta historia que en la página
de mi diario cotidiano escribo
para ti.
Una rosa escondí en las páginas
de este libro, la guardé para ti
ahí donde se extiende el tiempo,
tiempo de nuestro vivir.
Cecilia Silva Reyes

( Cesire Alegría )

miércoles, 11 de mayo de 2016

NACIERON ROSAS AZULES: CECILL SCOTT, CHILE


CECILL SCOTT

Cuando hablamos de Cecill Scott no estamos hablando de una Poetisa común, majestuosamente Cecill ha rescatado formas métricas tradicionales heredadas de los grandes clásicos castellanos, el soneto, la redondilla, la octava real y la décima espinela. Aquí una pequeña muestra de su grandeza.




NACIERON ROSAS AZULES
(Décima espinela)

Tibio, tibio y refrescante
sumergida en el sigilo
mi cuerpo siempre vigilo
todo frena en un instante.
Hay luces más adelante
ella mira… ¡está feliz!
es mi niña, es mi raíz
me abraza y beso su pecho
me duermo y es tibio lecho
¡Saqué su bella nariz!

Nacieron rosas azules
el día que llegué al mundo
dicen que es muy iracundo
floreciendo auras sin tules.
Tu pena nunca simules,
un día llorando dije,
con mi amor te cobijé
tu mamá ya había muerto
pensaste que no era cierto
¡Con la era el amor fijé!

Pese a quién le pese, amigas
somos, buenas compañeras,
¡Oye!…  “Si un día te fueras
tu luz fluirá sin fatigas”.
Mi amor hará que me sigas
para que en ti lo acumules
sin olvidarlo en baúles
florarán en altas granjas
y en valles de verdes franjas
¡Las bellas rosas azules!

A mamá.

Cecill Scott.
©Todos los derechos reservados.

jueves, 5 de mayo de 2016

TRISTEZA POR MI TIERRA: GRACIA VERGARA, ACAPULCO

TRISTEZA POR MI TIERRA

Me da tanta tristeza esta tierra mía
ahora callada con miedo obligado
con golpes certeros que la están matando
y que la tienen en triste agonía.

¿Dónde estás mi querido terruño,
tan lleno de amores, de vastos recuerdos,
de sueños que incitan a grandes pasiones?
¿Dónde están tus cantos que alegraban esta vida mía?
¿Dónde esos rincones cómplices míos
para esconder los besos que me dieron un día?
Te busco en las playas desiertas ahora
recorro tus calles que hoy susurran con miedo,
miro la luna que llora amargada en tus litorales
y espero en la arena, muy ilusionada
que llegues de vuelta en la madrugada
para ver si con ella se alegra mi gente
que revivan los cantos, que se aleje la muerte.

Tus hijos te lloran con temor tan profundo
y desean que vuelvas a tomar tu rumbo
con toda la pompa y esplendor radiante
que alumbre tus aguas para los infantes
que ilumine los pasos de cada visitante
y con la alegría que te conocemos
bulliciosa y alegre les des un fandango.

Pero nada de eso tenemos ahora
se respira tristeza en la brisa marina
porque a mi Acapulco otrora lleno de vida
me lo están matando con sus avaricias.  

GRACIA VERGARA

EL SUEÑO DEL AMOR: ALICIA VENTURA SUÁREZ,


EL SUEÑO DEL AMOR

Anoche estuve lavando recuerdos y mis ojitos contribuyeron con el agua necesaria para ello… hay momentos en los que se necesita ese ejercicio para después entrar en el Sueño del Amor.  Y les explico…
Siendo niña identificaba con facilidad los sonidos del amor…gustaba de escuchar el trinar de las aves en primavera, el tañer de las campanas de la iglesia cercana anunciando una boda más, las mañanitas del Rey David que entonaba mi madre en los cumpleaños, el bello canto de mi hermano Omar, la alegría en la carcajada sonora de mi hermana Rosy y el hermosísimo balbuceo de mi hermanita Elba en sus primeros meses de vida…me encantaba deleitarme con esos sonidos que se han repetido y he acomodado con los años en la mente y en el corazón.


Un poco después me enfocaba en los olores del amor…recuerdo el aroma de la piel de mamá, el perfume de las rosas del jardín de mi tía Magda, el olor de la longaniza Igualteca recién frita, el café con canela que aromatizaba la casa de mi tía Irais, que se acompañaba del pan recién horneado en Copala y por supuesto el olor a tierra mojada en los días lluviosos de mi bello Acapulco.
De los olores viajo al sabor del delicioso chocolate que hacía mi tia Felicitas, en Iguala y llego sin recato a la Costa Chica Guerrerense con la degustación del queso fresco que me obsequiaba mi querida tía Andrea, acompañado de tortillas de maíz, hechas a mano con salsa de chile verde y jitomate asado, martajado en su enorme molcajete…¡cuánto cariño se recibía en esa comida! y rememoro a mi tío Zenaido, quien nos ofrecía el exquisito sabor del agua de los cocos de su huerta…o los tamales de elote recién elaborados por su esposa…tantos sabores, tanto color, tanto sentir, pero sobre todo amor.
Poco a poco llegué a grabar esas imágenes que se han eternizado al ver sonreír a mi sobrina Lore, con esos ojos obscuros tan bellos y enormes, que espejean la figura de la abuela materna,  la nariz de mi sobrino Cesarín, en quien encuentro a mi hermano, padre y abuelo como una preservación del rasgo predominante en la genealogía “Ventura”, la regia figura de  mi sobrino José María que me recuerda la fortaleza de su estirpe, la espontánea y natural expresión de la “Belén” mi sobrinita más pequeña, al explicar lo sencillo de la vida  y sigo recordando imágenes de antaño y hogaño…los racimos de plátano que atiborraban el comedor y cocina de mi casa con la cosecha abundante que había logrado mi padre; el arcoíris que se levantaba majestuoso en esa disputa entre el sol y la lluvia y hacían de mi tierra una postal de ensueño y fijo la mirada en el aleteo incesante del colibrí al succionar el polen de las flores del mango del patio de mi casa; el color de la sandía que repartía mamá entre sus hijos y nos invitaba con el rojo intenso a vivir con pasión cada momento y finalmente la mirada de mi abuela Jovita al encender la vela por el descanso de los difuntos y por la tan anhelada paz en la tierra a los hombres de buena o mala voluntad.
También evoco el beso en la frente que he otorgado a mis hijos Dany y Santy al dormir, su abrazo de oso al despertar, la caricia en el cabello a mamá y el apapacho de regreso que me daba en sus miles de formas al expresar el amor… el apretón de manos de mis grandes amigos, los abrazos y besos de familiares, la palmada animosa, el beso robado y el romance apasionado tocando cuerpo y alma a la vez.
Este mix de recuerdos, es a lo que yo llamo el “Sueño del Amor” y recurro a él cada vez que necesito lavar los recuerdos dolorosos en el vivir…recorrer en la mente los sonidos del amor hacen que olvide los ruidos del desamor, perpetuando las imágenes amorosas que nublan cualquier representación de tristeza o dolor.  Disfrutar los olores y sabores preferidos trayéndolos al presente, permiten deglutir con facilidad los tragos amargos de la cotidianeidad cruenta y los apapachos, caricias, besos y abrazos completan los haberes que se superponen a cualquier desventura en esta vida.

Y así soñando descubro el silencio del amor, esa sensación de paz y tranquilidad que te deja el saber que en tanto vivas, podrás seguirte deleitando en el “Sueño del Amor” y generar los recuerdos que se te antoje, los cuales llenarán tu cajita más preciada, esa que está en lo más profundo e íntimo de tu ser y  guarda el tesoro más grande con el que puedas contar… tu Inventario del Amor…con el que terminarás tus últimos días en este hermoso paraíso llamado tierra…



martes, 3 de mayo de 2016

ESCRITO EN LA PIEL: MARÍA TERESA DI DIO

ESCRITO EN LA PIEL

La llovizna persistía desde la madrugada. Soledad despertó tan pronto el reloj sonó, como todos los días…las siete en punto. ¡Que pesadilla! Durante unos minutos se quedó pensativa. Tenía recuerdos de lo que había soñado, las imágenes pasaban ante su mirada, veía un automóvil dar varias vueltas y luego incendiarse, quedando una persona atrapada en su interior.
Y así, como quien no quiere desprenderse de un sueño, ella se metió debajo del agua de la ducha, sabía que debía apurarse…algunos sorbos de café y rápidamente estaba en la calle rumbo a la editorial del diario, donde trabajaba desde hacía cinco años.
Las noticias corrían rápido, cada minuto era crucial, una manifestación, algo de política, de aquí y de allá. También le tocaba hacer reportajes  a veces sus notas eran tristes y no tan gratas como hubiese deseado.
Su compañero había enfermado y tenía que cubrirlo, mientras ella se dirigía rumbo al aeropuerto para entrevistar a un funcionario, consultó la hora, las 9,30  se dio cuenta que se le hacía tarde, el avión llegaba en ese momento…de pronto un perro se cruza en el camino, Soledad aprieta los frenos bruscamente, no se da cuenta que la velocidad era excesiva ni que el asfalto tenía agua y hielo, el auto da varias vueltas y finalmente se estrella contra un árbol para terminar incendiado. Meses más tarde ella despierta en una fría  sala de hospital. No recuerda cómo llegó, su memoria está lenta, su rostro y sus brazos arañados y quemados forman extraños dibujos. Ella…había amanecido con un escrito en la piel que permanecerá en su vida por el resto de los días.

Fin
Cuento para adolescentes y adultos
© María Teresa Di Dio,

Embajadora de la Paz, Escritora y Poetisa

ACAPULCO: CÉSAR ESQUIVEL RÍOS, MEXICO

ACAPULCO

¿Dónde te has metido Acapulco?

¿Dónde que ya no te veo?

Y si bien, yo no te veo…
¡Sé que existes!
Que estas allí y que me sigues esperando.

Y sé, que no es solo a mí a quien esperas,
sino a todos los que algún día nos hemos ido.
A los que te buscamos y sabemos que pronto volveremos a encontrarte.

A ti, que con tu mar de plata, le devuelves su belleza a la luna,
a ti Acapulco añorado ¡A ti te extraño!

No solo eres un puerto, eres mucho más que mar y arena,
eres magia, de esa que embelese y de la que a la vez también inquieta…

Y me duele haberte dejado…
Y a los que te tienen, les duele haberte perdido,
pero ambos sabemos que sigues allí,
esperando recuperarte para volver a saber de ti,
tan sólo déjanos tenerte para seguirte queriendo.

No te mueras por siempre jamás tierra inquebrantable,
¡Qué no son tus hijos quienes te hacen daño!
No me dejes por favor tan sólo con tus sombras y cenizas.

¿Dónde te has metido Acapulco?

¿Dónde que ya no te veo?



César Esquivel Ríos.- Escritor Salmantino, hijo de Acapulco.

ENCUENTROS Y DESENCUENTROS: MARÍA DEL SOCORRO GÓMEZ ESTRADA, COLOMBIA

María del Socorro Gómez Estrada. 
Natural de Tunja, Colombia. 

Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. En 1981 Premio Nacional de Ensayo convocado por la Cámara de Comercio de  Medellín, Colombia, con la obra “Bolívar en la Historia”. Segundo premio concurso Departamental de Poesía ICBA con la Obra: “Encuentros y Desencuentros. 1994. Finalista con Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía 2013: “Poesía del Vida Cotidiana” de la Casa Silva de Poesía, Bogotá, con el poema “Éxodo”. Mención de Honor en el IV Concurso Internacional de Poesía sobre Colombia y la Paz, con el poema “Faltan palabras”. Santiago de Cali, Colombia, Abril, 2015.

ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

I
Tu amor por mí
y no tanto eso…Mi amor por ti
y no tanto eso…
es la voluntad
para desabrigar infiernos
la que ha hecho
que conozca
mi revés…


II
Témele al día
en que este amor
por salvarme
se vuelva contra ti…
un ídolo de humo
no podría detener el holocausto.


III
Nunca mi amor
fue total para ti
mientras me debatía
entre algunos
que sin necesitarme
me esperaban…
ahora,
cuando mis pasos
han aprendido de memoria
tus calles
y cuando mi piel
sólo encuentra sosiego
en el paraíso de tus manos,
encuentro que no existen
paraísos sin serpientes.


IV
A veces la memoria
me juega
a diluir tu imagen.
de este juego
me rescata la nostalgia
para decirme:
No sueñes,
es imposible
pescar niebla con redes…


V
Después de tocar los extremos
del amor irritado;
después de devorar abismos
que partieran la caída,
estoy de nuevo
habitante en tu piel
crédula de tus ojos
confundida con tu esencia
y en tu  voz…
me perdí para siempre:
Encontré mi manera de vivir…

VI
Te esperaría
y te ayudaría
a limpiar la saeta
que me hirió
por segunda vez de tu mano.
Te esperaría
te dejaría beber más de mi sangre
para que le diera
como algún día
color a tu vida
y te ayudara
a ganar
tus propias batallas.
Te esperaría
pero ni tú mismo
sabes
si ya estás muerto…


VII
Mi siempre soledad
tiene un nuevo huésped:
Mi soledad de ti.
Mi siempre soledad
no sabe cómo decirme
que no quiere más
Ausentes.
Amados.
Habitando su memoria.